Vamos a tomar el control

Seleccione dos o tres estrategias para probarlas dentro de la próxima semana o la siguiente, y vaya añadiendo algunas más, según sea necesario.

Si después de 2 o 3 meses no ha progresado, considere seriamente el dejar de beber por completo, para eso busque ayuda profesional.

Comunique a sus seres queridos y personas significativas su decisión y las razones para hacerlo. Solicite su apoyo y acompañamiento.

El cambio puede ser difícil, por lo que puede ser útil tener recordatorios concretos de por qué y cómo ha decidido hacerlo. Algunas opciones estándar incluyen llevar un plan de cambio en su cartera o pegar notas adhesivas en su hogar. Si tiene una computadora, teléfono inteligente u otro dispositivo móvil, considere estas ideas:

Piénselo antes de beber, envíeselo a su cuenta de correo electrónico personal (no use su cuenta del trabajo), guárdelo en una carpeta privada en línea y revíselo semanalmente.

Guarde sus metas, motivos o estrategias como notas en su teléfono  inteligente o en otro dispositivo móvil para que pueda recuperarlas cuando sienta el impulso de beber.

Configure alarmas automáticas en el teléfono, dispositivo inteligente o calendario electrónico que le envíen recordatorios en un horario de su preferencia, por ejemplo, algunas horas antes de la hora en la que habitualmente sale.

Lleve un registro de cuánto bebe. Encuentre una manera que funcione para usted; por ejemplo, lleve una tarjeta pequeña en su cartera, marque el calendario de la cocina o tome notas en  su teléfono inteligente u otro dispositivo móvil, o en papel. Tomar nota de cada bebida antes de beber puede ayudar a disminuir la velocidad con la que se bebe cuando sea necesario.

Conozca las medidas de bebidas alcohólicas estándar para poder contar sus  bebidas con precisión. Mida las bebidas en casa. Lejos de  casa, podría ser difícil llevar la cuenta, en especial con las bebidas mezcladas. Y,  a veces, podría estar ingiriendo más alcohol del que piensa.

Con el vino, puede  que tenga que pedir al anfitrión o camarero que no le “llene” la copa que aún  está parcialmente llena. 

Decida cuántos días a la semana quiere beber y cuántas bebidas alcohólicas  consumirá esos días. Es una buena idea tener algunos días en los que no beba. 

Anótelo en sus propósitos.

Si beber ha ocupado mucho de su tiempo, entonces ocupe el tiempo libre  desarrollando nuevas actividades, pasatiempos y amistades sanas, o renovando  las que haya perdido.

Si depende del alcohol para sentirse más cómodo en situaciones sociales, manejar sus estados de ánimo o hacer frente a problemas, entonces busque otras formas saludables de controlar esos aspectos de su vida.

¿Qué le provoca el impulso de beber? Si ciertas personas o lugares lo tientan a beber incluso cuando usted no quiere hacerlo, trate de evitarlos.

Si ciertas actividades, momentos del día o sentimientos provocan el deseo, planifique hacer otra cosa en lugar de beber.

Si beber en el hogar es un problema, tenga poco o nada de alcohol allí.

Cuando no puede evitar el desencadenante y siente el impulso de beber, considere estas opciones: recuerde sus razones para cambiar (puede ayudar llevarlas consigo por escrito o almacenadas en un mensaje electrónico al que pueda acceder fácilmente, como en un teléfono inteligente o en otro dispositivo móvil). O hable de estas cosas con alguien de confianza.

También puede participar en una actividad sana que lo distraiga, tales como el ejercicio físico o un pasatiempo que no implique beber. O, en lugar de luchar contra el impulso, acéptelo sin ceder, sabiendo que pasará pronto, como la cresta de una ola.

Es probable que le ofrezcan una copa en momentos que no quiera una.

Esté  preparado con un amable y convincente “no, gracias”.

Cuanto más rápido pueda decir no a estas ofertas, menor será la probabilidad de ceder.

Dudar ofrece la oportunidad de pensar en excusas para ceder.